sábado, 5 de abril de 2008

Julio Milostich: el villano que se viene



¿Recuerda usted a Leoncio Almeida en "La esclava Isaura", a Betancourt (L. Alarcón) en "La represa" o más recientemente a Martín Ortúzar (A. Morales) en "Los Pincheira"? Todos ellos representaron en teleseries al estereotipo del terrateniente déspota y abusador. Todos hombres que terminaron mal y todos personajes que marcaron a fuego a los actores que los representaron.
Esos tres nombres y caracterizaciones han estado muy presentes en la memoria de Julio Milostich, el actor que por estos días participa en "Viuda Alegre" y que pronto interpretará su primer rol protagónico en una teleserie: "La Querencia" en TVN.
Porque si todo resulta como él espera, el nombre de José Luis Echenique, su personaje en esa historia de época, podría pasar a ser parte del cuadro de honor de los malvados y hasta transformarse en algo así como el Leoncio chileno.



La comparación no es antojadiza; con él no sólo coincide en el intenso azul de sus ojos, sino también en el obsesivo amor por una mujer y en el trato degradante contra todos sus empleados.
"Cuando leí el guión de «La Querencia», de inmediato se me vino a la cabeza la imagen de Leoncio, fue una asociación automática; vi «La esclava Isaura» completa y me declaro admirador del trabajo que logró ese actor. Claro que en mi tierna infancia nunca imaginé que algún día yo estaría tramando maldades tan grandes como las que tramaba él en su hacienda".
Cuáles serán sus fechorías lo sabremos a partir de mayo y por la nochecita, que es el mes y el horario asignado para esta historia que estelariza el trío que completan Alvaro Rudolphy y Sigrid Alegría. Pero a la espera de esa gran noche, Milostich comienza a hacerse conocido entre los televidentes de TVN luego de su incorporación a "Viuda Alegre" en el papel del sicólogo y pareja de Javiera Balmaceda (Francisca Lewin).
"Cuando me vine a TVN venía sólo a «La Querencia», pero luego se abrió esta posibilidad que por cierto agradezco, porque me permitió en menos de un año trabajar en dos importantes elencos del canal. Es como cumplir el sueño del pibe, imagínate encontrarte con actores que tú veías desde chico, estar ahí, conocer su dinámica de trabajo, compartir con tanta gente que viene y que sigue en el teatro, es un placer".


-En Canal 13, que es de donde vienes, sólo tuviste papeles secundarios. ¿Cómo vives tu primer protagónico?

-Me lo vivo desde el vértigo, es una experiencia que me produce mareo, pero es atractivo. Reconozco que estoy en un estado de ansiedad importante, pero por sobre todo lo miro como un logro, porque llevo 15 años en esto.


Zapatos con plataforma


Cuando habla de "logro" hay que tomarlo literalmente, porque Milostich (41) fue por muchos años un apellido asociado al teatro independiente, en el que partió en los ochenta junto a Mateo Iribarren y Alejandro Trejo. Por esos años se paseaba por la Plaza Ñuñoa con unos anteojos "poto de botella", que es como él describe las gafas que reemplazó por lentes de contacto, casi como requisito estético previo a su ingreso a la TV.


Su historia sabe de bajones grandes, períodos que paradójicamente rememora con cariño. "Soy nacido y criado en Punta Arenas. Allá estudiaba becado en el mejor colegio de la ciudad y fueron mis profes los que me apoyaron económicamente para que me viniera a Santiago. Ellos prolongaron mi beca y me alentaron a partir", relata.
Acá inició un derrotero que incluyó la obligación de financiarse sus estudios de teatro, lo que logró oficiando como cantor de micro, disjockey y mozo."Hubo un período en mi vida -la única vez en la que he estado deprimido- en la que de verdad pensé en dejarlo todo. No tenía trabajo, dedicarme sólo al teatro parecía imposible y llegó un momento en el que pensé que ya no debía seguir en esto. Estuve seis meses en bajón total, sin ni un peso, encerrado, hasta que decidí que para sobrevivir tenía que trabajar en otra cosa y retomé el canto callejero".
-¿Cuál era el repertorio y el recorrido que más monedas te dejaban?-
En esos años "le hacía" a la canción protesta: Inti, Sol y Lluvia. El mejor recorrido era partir en Irarrázaval y rematar en el centro y de ahí subir cantando hasta Las Condes... fueron años lindos, pese a las pocas lucas.
Tomaría muchas micros, iría a muchos castings antes que su rostro comenzara a figurar en televisión. Se le vio en "Hippie", "Brujas", "Descarado" y "Papi Ricky", pero la notoriedad máxima llegó, gracias a la tintura rojo cobrizo con la que disfrazó su pelo, cuando fue elegido para interpretar a O'Higgins, en la miniserie "Héroes".
"Ese fue el punto que marcó la diferencia. Hice O'Higgins y todo fluyó y gracias a Dios sigue fluyendo.
Me llamaron de TVN y aquí me tienen, listo para debutar en mi primer papel como malo, algo con lo que siempre fantaseé, pero que nunca imaginé que podría ser tan agotador".-¿Hasta qué punto?
-Piensa que estaba diez horas al día haciendo de desgraciado, moviéndome desde la violencia, y me estresé, me hizo mal. Hubo una semana en que la Quena (Rencoret) paró mis grabaciones para que descansara. No conseguía desprenderme del personaje, andaba irascible.
-Si el año pasado Julián García fue la encarnación del mal en nuestra TV, ¿el 2008 lo será tu personaje?
-Parece. En esta historia yo soy el dueño de todo, soy el señor de la querencia, y el conflicto se desencadena el día en que regresa mi hermano (encarnado por Rudolphy) y comenzamos a disputarnos las tierras y el amor de una mujer.
Mi personaje echará mano a todo con tal de seguir siendo el rey de ese mundo. Si bien no tiene la personalidad sicópata de Julián García, Echenique es intrínsecamente malvado y por sobre todo violento con su propia familia.
-¿Y cómo te llevaste con el "jovencito" (Alvaro Rudolphy)?
-Fue un trabajo grato, de mucho compañerismo, todo lo que Alvaro tiene de altura lo tiene de buena persona. Aunque eso igual me significó un problema, porque tuve que grabar con unos zapatos con plataforma, "crecedorcitos", o si no, mi malo se veía muy disminuido.
-¿Crees que con Echenique eclipsarás a O'Higgins?
-A O'Higgins le voy a estar agradecido por siempre. Marcó mi carrera, pero de ahora en adelante me gustaría licenciarme como malvado.
Fuente : La Segunda
Foto : La Segunda

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