jueves, 27 de diciembre de 2007

Mariana Loyola : "No quiero hacer mas teleseries"


Se define a sí misma como "súper mamá". Vive, se mueve y trabaja pensando en ella y, por lo mismo, ha logrado tener una saludable y amena convivencia con el líder de Los Tres, con quien habla todos los días y con quien comparte las labores diarias relativas al cuidado de la niña.

- Hija de actriz y rockero, ella debe ser bastante power.
- Tiene muchas habilidades artísticas. Baila, canta y pinta todo el día. Pero su personalidad no es tan fuerte. En general, es dulce, muy niñita y coquetona. Ojalá que sea médico y no artista.

Descarta de plano que ser actriz pueda ser sinónimo de mano blanda en la crianza. "Soy súper mamá, a mí no me vienen con huevadas, me saco la cresta y puedo ser súper estricta. Y ojo, Alvaro es peor que yo, mucho más radical, aunque parezca lo contrario. Creo que tiene que ver con que es niñita, y eso para los hombres es más fuerte. Nosotros hablamos todo el tiempo de lo que le pasa y ella sabe que estamos comunicados. Además, los dos tenemos muy buenas parejas. Para mí es un alivio que la polola de Alvaro sea una mujer súper seria, que tiene dos niños y en la que confío plenamente.

- ¿Cuál es el secreto para lograr una relación tan madura después de separarse?
- Hay que asumir que viene un período de crisis y "bancárselo". Los primeros meses son difíciles para los dos y todo lo que hagas pasa por el coladero de la rabia, el dolor y el desamor. En general, considero que soy una mina súper sana de cabeza y que mi inteligencia mayor va por lo emocional. Cuando nace un hijo una se da cuenta de que todo el resto da lo mismo, así que tuve que comerme la rabia y el orgullo con tal de que la Olivia fuera emocionalmente estable. Llega un minuto en que miras a quien fue tu pareja, recuerdas que lo quisiste mucho y que con él tienes una hija preciosa por la que hay que luchar juntos.

- Tu mamá murió antes de que naciera tu hija. ¿Fue muy duro tener una guagua sin ella cerca?
- Súper doloroso. Me apoyé mucho en la mamá de Alvaro, que estuvo un mes conmigo después de tener a la Olivia, y en mi nana María. Con ella lloré y sufrí, fue una súper mamá. Cuando me pasaron a la guagua entendí automáticamente todo lo que mis papás hicieron por mí y me dio un ataque de llanto. Me acordé de las veces que, en plena adolescencia, cerré la puerta de mi pieza diciéndole a mi mamá que la odiaba y que ojalá se muriera. Y sé que la Olivia va a hacer lo mismo conmigo. Sentí ganas de pedirle perdón a mi mamá.

- ¿Te gustaría tener más hijos?
- Pensé un tiempo que no podía ser madre de una sola hija. Pero la Olivia tiene por el lado del papá dos hermanos y por el mío, una, que es la hija de mi novio. Yo creo que podría volver a tener un hijo en mucho tiempo más, mínimo tres años. No quiero hijos para que me los críen las nanas.

- Es verdad que te quieres casar de novia, con ramo y todo eso...
- De blanco invierno (ríe)... Sí, me dan ganas. Le agarré más fe a la institución, creo que básicamente por ser mamá y porque me encontré un súper buen novio, que también es separado y un gran papá. Pero no quiero caerme de nuevo, por la Olivia. Si llego a casarme, será cuando me corte las venas de segura, aunque ya le dije a Rodrigo (Pardow, su pareja) que quiero casa, perro, anillo y llegar en carroza... todo eso de lo que siempre renegué.

- O sea, ¿ya no crees que da lo mismo estar o no casada para formar una familia?
- No, casados es distinto.

Junto a actores como Diego Muñoz, Nicolás Saavedra, Benjamín Vicuña, Gonzalo Valenzuela y Felipe Braun forma un entrañable grupo de amigos, denominados por algunos el Rat Pack chileno, en directa alusión a la "banda" formada en los 50 por Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y compañía.

"Me carga que 'hollywoodisen' Chile, lo encuentro chulo, pero chulo divertido, no de cuica atacada. Le ponen nombres a cosas que son súper normales. Grupos de amigos hay en todos lados. Además, siempre me hacen aparecer como la única mujer del grupo".

- ¿Y no lo eres?
- Para nada. De hecho, conocí a todos estos chicos de la Escuela de Fernando González por la Cony González, que es mi amiga y mi comadre de la vida. Soy la única mujer "famosilla", pero el lote es mucho más grande...

- A primera impresión pareces ser de esas mujeres que sólo tienen amigos hombres...
- Claro, de esas que dicen que todas las mujeres me envidian y todos los hombres quieren conmigo.... Para nada, tengo montones de amigas. Tuvimos la suerte de entrar todos juntos al Canal 13 y en Machos se hizo una cofradía bastante potente. Pero somos desde la escuela. Yo soy de la Católica, pero teníamos en común algunos profesores. La vida nos fue juntando.

- Pero ustedes son una nueva generación de actores, muchos de familias tradicionales, algo así como los actores cuicos que juegan golf...
- El golf une mucho a los chiquillos... Yo hice todo el colegio en Talca, soy de papás de izquierda, completamente antipinochetistas. Cuando llegué a Santiago no cachaba nada, no sabía dónde estaba el Liguria ni la Plaza Ñuñoa. Pero es cierto que tenemos orígenes similares, aunque yo los molesto cuando van a jugar golf... Aunque lo huasa me sale de repente. El invierno pasado fuimos todos a esquiar a las Termas de Chillán. Yo en mi vida había tocado la nieve, parecía loca corriendo detrás de ellos.

- Y la Olivia es como la mascota de este grupo...
- Ella está en todos lados.

- O sea, ella ve teleseries y no sólo reconoce a la mamá, sino que a un montón de tíos...
- Sí, y en los diarios y las revistas. A mí no me gusta mucho que vea teleseries por el cuento de los besos. Es fuerte para ella ver a su mamá con Diego, Felipe, el Nico... ¡Ni que la mamá fuera bataclana!

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Debutó en televisión en Amores de Mercado y el año pasado fue la coqueta Lulú en Gatas y Tuercas. Aunque ya está confirmada su participación en la producción del segundo semestre de Canal 13 y su rol en la miniserie Huaiquimán y Tolosa, junto a Benjamín Vicuña y Daniel Muñoz, sus intereses profesionales parecen estar cambiando de rumbo.

"He hecho pocas teleseries, pero la verdad es que ya no quiero hacer más. Vi lo que hizo el Benja (Vicuña), que tuvo los cojones de decir 'filo' y dedicarse a otro tipo de cosas, y me dieron muchas ganas de hacer lo mismo. Pero hay un tema con el canal, la verdad es que no me pescaron mucho cuando se los planteé y me ofrecieron hacer las dos cosas al mismo tiempo. Para mí lo ideal es hacer dos películas y un par de series al año. Las telenovelas son un 'chupón' impresionante, todos los días de ocho a ocho... no puedes ir ni al dentista".

- Estuviste en varias películas con destacados directores... parece que ya perdiste el cetro de musa del cine.
- Siempre vienen nuevas generaciones y creo que el cetro ahora es de la Manuela Martelli. Pero lo cierto es que fue mi propia opción no hacer cine en todo este tiempo, sobre todo después de experiencias tan potentes como La Fiebre del Loco, Cachimba y Subterra.

- ¿Fue muy impresionante que Silvio Caiozzi te ofreciera un protagónico a los 25 años?
- Sí, claro, fue increíble.

- Parece que él te quería a toda costa. Porque actrices gorditas hay bastantes, sin embargo te hizo engordar a ti...
- Eso fue una verdadera inyección de ego y también tenía que ver con todos los viajes que yo sabía que iban a llegar. Y de hecho, fuimos a Buenos Aires, Perú, París, etc. Fue un aprendizaje enorme, nunca aprendí tanto como con él y creo que ahora estoy mucho más preparada para hacer películas.

- Pero igual te quedaste con los 20 kilos...
- Sí, pero los viajes, las conversaciones y el aprendizaje compensaron la gordura. Igual lo pasé mal, pero para el alma fue fantástico. Después me llegaron cuatro guiones, entre esos Mujeres Infieles y Cuarto C, pero los rechacé. En ese sentido es un beneficio estar en la tele y darse el lujo de no hacer personajes que no te gustan. Ahora tengo dos proyectos que me tienen fascinada, uno es de Nicolás Acuña y el otro es confirmar definitivamente la fecha para hacer Santa María de las Flores Negras, una historia que me fascina.

Hace tiempo que el grupo de amigos tenía ganas de hacer teatro juntos. Fue Nicolás Saavedra quien dio con la obra: Criminal, del dramaturgo argentino Javier Daurte. "La leímos los tres (Nicolás, Diego y ella) y nos encantó. Decidimos que queríamos trabajar con Pancho Reyes y Alejandro Goic en la dirección. Nos tiramos altísimo, pero ambos nos dijeron que sí".

El montaje, que se presenta en el Teatro Mori, narra la historia de una pareja y de sus respectivos sicoanalistas, y es parte de la obra de Daurte, considerado el niño genio del teatro argentino contemporáneo.

- Esta obra se aleja mucho de lo que venías haciendo, ¿marca un quiebre en tu carrera?
- A todos nos pasó que ya no queríamos seguir haciendo más drama, queríamos hacer comedia inteligente. Y trabajar con Goic siempre es romper, porque es un tipo que te hace quebrar todo el rato. Es un teatro que puede ser bien comercial, pero también súper profundo. Creo que la gente se cansó de la comedia barata y de esa cosa medio incomprensible, la sangre, el acoso, lo marginal. El público quiere ver cosas nuevas.

- Tu personaje pasa casi todo el tiempo sometido a sicoanálisis. ¿Tú eres de terapia?
- Nunca he ido, jamás he estado en un diván contándole mi vida a nadie. Ni siquiera me veo en tarot. Así que me entregué a las manos del Ale, que sí se ha hecho terapia, igual que Nicolás y Diego.

- La crítica ha dicho que a pesar del elenco taquillero y la sala de moda, la obra va más allá de la anécdota farandulera...
- El elenco es taquilla por la televisión, pero somos todos buenos actores y hay un nivel de exigencia altísimo; el Ale te saca punta. Qué bueno que los críticos no se quedaron pegados en la amistad y la comedia negra. Yo creo que todo se refleja: hace tiempo que no lo pasaba tan bien haciendo teatro. \\

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