domingo, 12 de octubre de 2008

Jorge Zabaleta “A Sigrid se le pasó la mano”




Es el actor del momento y lo sabe; aunque se mantiene en tierra. Incluso se compara con un champú de moda y afirma que todo es una gran mentira: sus personajes son sólo eso y los textos escritos sobre él los hacen otros. Cuando sale de Chile, las mujeres ni lo miran. Pero él sabe de dónde viene tanto arrastre. La televisión, igual que el poder, erotiza.

En medio de las grabaciones de "Hijos del Monte", Jorge Zabaleta Briceño, hijo de Antonio y de Marilú, se acomoda en el sillón que está en la puerta del estudio A de TVN, dispuesto más a una conversación que a un interrogatorio.

Es objetivamente guapo, no hay discrepancias sobre ello. Estudió publicidad y para ser instructor de buceo. Entre sus aficiones está la fotografía y viajar en moto. Cuenta que una vez al año su mujer le abre la puerta del potrero para que se vaya con sus amigos durante diez días a recorrer con su club de Tobi, motoqueros todos, donde la vida los lleve. Entonces, aprovecha de correr y como buen caballo vuelve al potrero. "Yo mismo cierro la puerta y agradezco profundamente esa confianza".

Dice que se parece tanto a su padre como a su madre, que ellos son casi idénticos y llevan juntos 42 años.

-Usted no es casado, pero tiene pareja e hijos.
-Tengo una pareja hace 15 años, con una interrupción de tres años y medio.

-Medio desordenado ¿no?
-Sí, en ese tiempo me desordené, quizás me hacía falta.

Tiene tres hijos; el primero fue Raymundo, de 12 años; luego vino Milagros, de 2 años y medio, que llegó después del reencuentro y según el actor "es un milagro en todo sentido, pues les costó mucho tenerla" y Antonio, que nació el 5 de septiembre de este año. Entremedio sufrieron la pérdida de un hijo. "Fue una cosa muy dolorosa, sobre todo para ella, porque uno como hombre participa consolando a su mujer, pero la sensación de perder a un hijo, uno como que no alcanza a percibirla cuando no ve".


A LA TV
Haciendo unos talleres de teatro conoció a Luis Alarcón. Lo miró y dijo: "Quiero ser como él a su edad, quiero vivir como él, quiero que me pasen las mismas cosas. Él me decía: ‘a mí lo que me raya es que hasta el día de hoy me sorprendo’. Y que eso suceda a los 65 años, o sea, yo quiero ser de ahí, quiero ser de ese grupo. Trabajamos juntos harto tiempo. Después me llamaron de Canal 13. Eso fue el año 97".

-Su primera teleserie fue "Playa salvaje", con Amaya Forch.
-Tenía unos nervios, no sabía qué estaba haciendo porque de la noche a la mañana estaba en algo tan extraño; lo único que sabía era que lo estaba pasando muy bien. Encontraba increíble que me pagaran por eso.

-¿Su familia nunca se opuso?
-Todo lo contrario, una vez me invitaron a un programa de Don Francisco y de sorpresa me tenían a los Bric a Brac. En esa oportunidad mi papá dijo que la gente que tenía la oportunidad de vivir de su talento y dedicarse a este oficio tan maravilloso era elegida de Dios. Y es una realidad.

-Su papá era un hombre muy atractivo.
-Todavía la pega.

-Usted también lo es y sabe lo que produce en las mujeres. ¿Cómo lo maneja?
-Uno es una especie como de champú del momento y la gente lo quiere porque la lleva. Todo lo que salga en la tele la gente lo va a seguir. Uno tiene que tener conciencia de que esto es una gran mentira, porque voy a otras partes y no pasa lo mismo, las mujeres no se interesan por mí.

-La televisión, como el poder, ¿erotiza?
-Yo creo que sí. Además, haciendo un personaje y diciendo textos que uno jamás diría "has sido la mujer de mi vida".

-Pero a su mujer le habrá dicho que es la mujer de su vida
-Desde que volvimos se convirtió en la mujer de mi vida.


LA POLÍTICA

-¿Se define como un hombre de derecha?
-En muchas cosas puedo ser muy de derecha y en otras completamente de izquierda. Vivo como una persona de derecha, tengo una casa grande, buenos autos, pero a la vez somos tremendamente conscientes de lo que pasa y no estamos de acuerdo con muchas cosas. Pero en general tengo una pésima experiencia por mi papá, fueron años muy complicados.

-¿Qué pasó?
-Es que mi padre estuvo metido en la campaña de Pinochet. Lo pasó súper mal, eso nos arrastró a todos un poco. Además yo era bien huevón entonces, no entendía bien realmente cuál era la realidad. Lo único que sabía era que no podía recoger panfletos en la calle porque era peligroso. Y que existía un toque de queda, por el que no podía llegar a mi casa después de cierta hora. Había un temor constante y yo crecí en él. Tenía como 14 años.

-Sigrid Alegría dijo que nunca le había tocado trabajar con actores de derecha y se negó a compartir camarín con usted.
-Sigrid dijo que nunca le había tocado trabajar con el enemigo. Yo creo que eso fue un momento malo de ella, donde hizo unas declaraciones bastante desafortunadas. Pienso que cuando uno lo está pasando mal, le tiene que poner nombre a sus demonios, creo que a Sigrid se le pasó la mano. Nunca he tenido un problema con ella, la encuentro súper buena actriz, nunca he tenido problemas con ningún compañero.

-¿Cuáles son sus mejores amigos del teatro?
-Tengo cariños muy profundos. Con Roberto Poblete somos muy amigos, lo quiero mucho. A Lucho Alarcón le debo la vida. En un momento que estaba tan perdido, que no sabía qué cresta hacer, él me decía: siempre en la vida uno está preparado para algo, ya vas a encontrar tu lugar en el mundo. Él me mostró ese lugar. También quiero mucho a la Mane (Swett) y a Gonzalo Valenzuela.

-¿Cuál es su lado oscuro?
Puede ser tan aterrorizante que prefiero no explorar mucho, a veces siento una ira profunda y le paso por el lado. La ira es una cosa muy fuerte. Hay que mantener cierto control.

-¿Qué detesta de la gente?
-La prepotencia, el abuso de poder.

-¿Ante qué cualidades se rinde?
-El talento

-¿A qué le teme?
-Mi gran temor siempre ha sido la pobreza.

-Pero nunca ha sido pobre.
-Rico tampoco. Le temo mucho en el sentido de la discriminación, del sentido del no acceso. De no poder ir a la clínica con mi cabro enfermo. Mi gran temor ha sido siempre a esa discriminación que sufre la gente que no tiene plata. Aquí existe el ciudadano A y el B. Si acá no tienes una isapre, plata, un seguro, lo pasas pésimo. Hay 14 personas con un solo respirador. A eso le temo profundamente.

Fuente : La Nacion
Foto : La Cuarta

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