jueves, 15 de noviembre de 2007

Ingrid Cruz: 'Me interesa mucho más estar con mi hija que actuar'


Lola no ha sido una teleserie más para Ingrid Cruz. La actriz interpreta a Grace, la mejor amiga del personaje de Blanca Lewin y potencial "jovencita" de la producción dramática de Canal 13. Así, esta es la primera vez que le toca un rol derechamente protagónico. "Dentro de los cánones de las telenovelas, si uno lo piensa, ella debería quedarse con Lalo. Pero eso todavía no está establecido", comenta ella sobre el poco tradicional planteamiento del triángulo amoroso de la telenovela. Pero eso no es lo único que separa la experiencia Lola de sus anteriores producciones dramáticas, como Brujas, Machos o Marparaíso. Hace tres meses la actriz tuvo a su primera hija, Emilia, y ha tenido que coordinar los cuidados de ella con las grabaciones.

¿Cómo ha sido la experiencia de hacer esta teleserie?
Siento que esta telenovela ha sido súper particular para mí. Mi trabajo no es lo más importante en la vida, como lo era antes. Cuando nació mi hija, me di cuenta de que mis prioridades cambiaron. Hoy me interesa mucho más estar con mi hija que actuar, aunque no podría tener una vida sin actuar. Además, ha sido muy cansador: he tenido que lidiar con el posparto, con una guagua pequeña y con un personaje que me encanta.

¿Ha podido coordinarse bien?
Sí, porque tengo un marido maravilloso que está con ella todo el rato, así es que puedo trabajar tranquila. He podido hacer las dos cosas y pasarlo bien. Quiero tener más hijos y eso no implica que quiera dejar de trabajar como actriz.

¿Fue difícil la decisión de embarazarse, tomando en cuenta que la imagen es importante para una actriz de TV?
La tele es imagen y los personajes no tienen que ver con la vida de uno. Uno está al servicio del personaje y siempre ha sido así. Pero todo se puede hacer.

¿Se preocupó de la parte frívola, de hacer ejercicios o ir al gimnasio después de dar a luz?
Estoy trabajando desde las tres semanas de parida, entonces tiempo no he tenido. Claramente me falta todavía para estar en mi peso, pero siento que es un proceso natural. Además, corro todo el día con este personaje y eso me hace estar activa. Estoy con una vida súper agitada y hay que darle con todo.

¿Le costó volver a trabajar tan pronto?
Me cuesta todos los días dejar a mi guagua en la casa. Siento que uno siempre va a echar de menos a los hijos. Pienso en ella todo el día, pero las cosas se dieron así y no tengo más hijos, por lo que no sé cómo podría ser distinto.

Pero tres semanas fue muy poco tiempo, ¿no?
Yo lo tenía claro desde mucho antes, porque también había tenido la oportunidad de no trabajar durante todo el embarazo. Trabajé en los Sa-Sa (la serie de Brujas) cuando estaba embarazada, pero paré a los cuatro meses. Es fuerte tener un hijo, encontrarse con tu hijo, verle la cara y después tener que irte a trabajar.

¿Echaba de menos la posibilidad de tener un papel protagónico?
A mí no me importa eso. Siento que el público a mí me distingue igual. Por salir en la tele la gente te conoce, pero la pega de uno no pasa por ahí. A mí me interesa tener pega y que sea entretenido. Además, ser protagonista es mucho más expuesto y demanda más trabajo, y en este momento que soy mamá es complicado. Mi personaje tiene mucha exposición y estoy súper cansada, así es que no sé si me gustaría tener más pega.

Pero los protagónicos dan la posibilidad de lucirse. Los papeles secundarios a veces son subvalorados.
No me quita el sueño no ser protagonista, menos cuando tengo una hija. No me hace una mejor o peor actriz.

¿Cómo ha sido grabar escenas románticas con el personaje de Blanca Lewin?
No son para nada típicas, pero dentro de todo son súper fáciles, porque está súper clara la relación de estos personajes. Grace está enamorada de Lalo Padilla, que es un hombre en cuerpo de mujer, y él no siente nada más que amistad por Grace. Hay toda una historia súper marcadita.

¿Pero qué pasa con el tema de la identidad sexual?
El tema de Lola no pasa por ahí. Además, por la hora, por el canal... trabajamos en la corporación católica. Uno sabe dónde trabaja. Hay cosas que no se van a tocar, la teleserie llega a todos los límites, pero no es como Machos, que trató abiertamente la homosexualidad. Aquí pasa por otros lados.

¿Por dónde pasa, entonces?
Por enseñarle a un hombre cómo siente una mujer, más que de si es lesbiana o el cliché que buscan al tocar ese tipo de temas. Pasa por el juego de ver qué haría un hombre en un cuerpo de mujer.

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